Después de la fiesta electrónica Time Warp -en donde murieron cinco jóvenes intoxicados y otros cinco tuvieron que ser internados- el consumo de drogas pasó a un primer plano. El jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, convocó a una mesa de diálogo conformada por especialistas en adicciones para tratar la problemática. “El tema de las drogas es grave. Tenemos que sincerarnos y hablar. Tiene que haber un debate público bien amplio”, sostuvo el jefe de Gobierno.
Mientras tanto, en la ciudad funcionan con irregularidades once centros de adicciones: todos con problemas. Techos que se caen, falta de médicos, insumos y lugar físico para actividades y talleres grupales. Los datos surgen del informe que hizo el legislador Roy Cortina (PS).
-En el Centro Dr. Enrique Biedak, en Amancio Alcorta 1402, Parque Patricios, faltan trabajadores. Hasta 2009 había dos musicoterapeutas y dos toxicólogos, que ya no están. Tampoco se remplazó al único médico clínico que había en el centro y hace poco se jubiló. Falta espacio físico y mantenimiento edilicio. Hace cinco años se les dio nuevas instalaciones que están en mal estado y son inutilizables. No tienen acceso a internet y tanto trabajadores como pacientes compran sus propios insumos de librería.
-En el Centro Carlos Gardel, en Cochabamba 2622, San Cristóbal, no hay trabajadores suficientes como para que el centro pueda funcionar después de las 14. Dos psiquiatras se jubilaron y no fueron reemplazados. Cambiaron de sede varias veces lo que dificulta el trabajo territorial. No tienen espacio para hacer actividades y talleres grupales.
-El centro La Otra Base de Encuentro, en Camilo Torres 2101, Bajo Flores, está en estado crítico. Tienen graves problemas de filtraciones y goteras. El techo se cae a pedazos y hay riesgo eléctrico. No hay ninguna tarea de mantenimiento. Faltan trabajadores para la cantidad de pacientes que atienden, de hecho, colaboran adhonorem dos residentes y un musicoterapeuta.
-En el Hospital Álvarez, en Aranguren 2701, Flores, falta espacio: a la oficina sólo se accede a través de una sala donde se hacen actividades grupales y el baño funciona como archivo. Tanto los suplentes de guardia como los trabajadores del área cobran con demoras y están precarizados. Les faltan medicamentos e insumos.
-En el Hospital Gutiérrez sólo hay dos especialistas en adicciones en la guardia de los sábados. Los médicos dicen que cada vez llegan más casos, pero no logran extender la atención a los otros días de la semana. No tienen camas de internación específicas para adicciones y los chicos que entran a desintoxicarse tienen que ir a la sala general. Médicos y familiares de otros pacientes internados en salas general, se oponen por la especificad de la problemática. También faltan antídotos para la intoxicación con metales, que vienen del exterior. Los trabajadores pagan Internet y los libros para capacitarse.
-La Casa Puerto, en Villa Luro, es el único centro de internación público específico en adicciones. No cuentan con un protocolo de derivación de pacientes a comunidades terapéuticas de la provincia, cosa que sucede seguido porque la Casa nunca llega cubrir la demanda.
-El hospital de día Casa Flores, en Bonorino 884, faltan trabajadores: hay un único psiquiatra que atiende sólo dos veces por semana y dos de los tres psicólogos están de licencia. Aunque el edificio es nuevo tienen graves problemas de falta de mantenimiento. Los pisos de cerámica están levantados, las paredes tienen humedad y los techos goteras, los cables están expuestos y la caldera no funciona hace un año.
-La Dirección General de Políticas Sociales en Adicciones de la Ciudad, el Centro de Salud Mental N° 3 Arturo Ameghino, la Casa Lucero, la Casa Fátima y el Ciacs no quisieron brindar información.
Fuente Redacción Z
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