Las 25 familias que viven en la Casa Pantano, una casona histórica ubicada en el pasaje Carlos Gardel y Anchorena, a metros del Abasto, realizan una vigilia desde este jueves a la noche para evitar el desalojo. La casa fue declarada patrimonio histórico pero la quieren demoler para hacer un edificio.
“Somos 25 familias, con más de 50 chicos. Somos laburantes y viene la policía para reprimirnos. Queremos que nos ayuden a tener una vivienda justa y digna. Vamos a seguir luchando hasta las últimas consecuencias”, sostuvo Marina Guzman, que vive en la Casa Pantano desde hace nueve años.
Desde el jueves a las 21, organizaciones sociales y políticas agrupadas en la Asamblea Popular por el Derechos a la Vivienda acompañan a las familias para impedir que se concrete el desalojo, ordenado para esta mañana por el Juzgado Civil Nº 52 de la Ciudad.
El conflicto por la Casa Pantano no es nuevo. Comenzó cuando los inquilinos, cansados de pagar un alquiler y que los dueños no hicieran ningún arreglo, se organizaron, contrataron un abogado y dejaron de pagar. Estela Pantano Macello, la dueña del inmueble de fines de siglo XIX, vio esto como una amenaza y vendió la casa para un emprendimiento inmobiliario.
Allí empezaron una serie de intentos de desalojo. En 2006, la Legislatura declaró el edificio como patrimonio histórico de la Ciudad para preservar su valor histórico y arquitectónico. Pero en 2014, una disposición de la Dirección General de Interpretación Urbanística habilitó la demolición parcial conservando la fachada.
DZ/h
Fuente Redacción Z
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